Cuando hablamos de orientación vocacional, seguramente pensamos en hacer un test vocacional que nos resolverá esa gran interrogante qué es ¿qué estudiar? Pero en realidad debemos saber que “orientación vocacional es un proceso que empieza en la niñez” y te explicamos por qué.
La orientación vocacional no es un tema que se resuelve después de egresar del colegio, ni en los últimos años de estudios escolares, este proceso inicia en la niñez de cada individuo, ya que se trata de un proceso evolutivo e interdisciplinario, el cual va de la mano de la educación y ayuda familiar.
Mario Gutiérrez, rector de la casa de estudios superiores de UCAL, afirma que solo el 40% de ingresantes acaban la carrera que eligieron inicialmente y el 60% de estudiantes que terminan la carrera “no” están felices con ella. Estas cifras que también son avaladas con diferentes estudios realizados entorno al orientación vocacional, son reales y significan que hay un importante número de disconformidad y que de alguna manera el proceso está fallando, quedando claro que un test no es la solución y que no solo se trata de un tema psicológico.
La orientación vocacional empieza en la niñez y la familia es pieza clave en el proceso
Hoy en día algunos jóvenes piensan a la hora de elegir en premisas como cuál es la carrera más rentable, cuál está de moda o cuál es la más tradicional porque es la más segura; anteponiendo interrogantes importantes como por ejemplo ¿me gusta realmente esa carrera?, ¿dónde trabajaré después que termine? o simplemente ¿me hará feliz esta carrera?
Este proceso empieza en la niñez y de la mano del apoyo familiar. Es en ese tiempo cuando los padres identifican en su hijo o hija qué le gusta hacer, qué le llama la atención y qué es lo que lo hace feliz. Este podría ser el primer paso en el largo proceso de la orientación vocacional. Los padres también son piezas claves en este proceso, ya que son ellos los que se encargan “también” de incentivar su creatividad desde niños, sin olvidar que se convierten en la mano que guía ante las incontables dudas e incertidumbres que aparecerán en este proceso.
Fuente: Columna de Mario Gutiérrez