Por Alison Garro, estudiante de Comunicación e Imagen Corporativa de UCAL
A todos nos ha pasado: llega el momento de la evaluación de desempeño y, de repente, nos entregan una lista con cosas que hicimos bien y otras en las que debemos mejorar. A veces sorprende, a veces incomoda, pero muchas veces nos preguntamos: ¿por qué nadie me dijo esto antes?
El feedback no debería ser algo que esperamos con nervios en una fecha programada. Debería ser parte de la comunicación diaria en el trabajo, algo tan natural como preguntarle a un compa- ñero cómo va con su proyecto o reconocer cuan- do alguien hace un buen trabajo.
Claro, en empresas grandes no siempre es fácil lograrlo. Por eso, muchas organizaciones combi- nan la evaluación de desempeño con momentos obligatorios de feedback, asegurándose de que nadie se quede sin recibirlo. Tiene sentido desde una perspectiva organizacional, pero eso no significa que el feedback deba quedarse solo en esos momentos estructurados. También puede fluir en el día a día, de manera más natural y humana.
Más que una evaluación, una conversación:
Hay una diferencia entre evaluar a alguien y ayudarlo a mejorar. La evaluación es formal, está estructurada y muchas veces tiene impacto en decisiones de la empresa. Pero el feedback es otra cosa: es comunicación. Cuando el feedback solo ocurre en fechas específicas, puede sentirse frío o lejano. Pero cuando es parte de la dinámica del equipo, se convierte en algo valioso, algo que nos ayuda a crecer sin miedo ni presión.
El poder de la comunicación en un feedback efectivo:
El feedback no es solo lo que decimos, sino cómo lo decimos. No se trata de soltar comentarios al azar, sino de construir conversaciones que realmente aporten. Algunas formas de hacerlo más natural incluyen:
- Decir las cosas en el momento: No hace falta esperar a una reunión formal. Si notas algo positivo o un área de mejora en alguien, ¿por qué no decírselo ahí mismo?
- Feedback entre colegas, no solo de los jefes: Muchas veces, los compañeros ven más de nuestro trabajo diario que los líderes. Si creamos un ambiente donde todos pueden dar feedback de manera abierta y respetuosa, el crecimiento se vuelve más orgánico.
- Hacer del feedback un diálogo, no un discurso: La retroalimentación funciona mejor cuando es una conversación en la que ambas partes pueden reflexionar. No se trata solo de señalar algo, sino de entenderlo juntos.
- Tener en cuenta a la persona que lo recibe: No todos procesamos el feedback de la misma manera. Ser empático y adaptar el mensaje a quien lo recibe hace que la comunicación sea mucho más efectiva.
El papel de la comunicación interna en la cultura del feedback:
Para que el feedback sea una práctica real y no solo una buena intención, la comunicación interna juega un papel clave. No basta con decir “aquí valoramos el feedback” si, en la práctica, los equipos no saben cómo hacerlo o sienten que no tienen espacio para ello.
Desde comunicación interna, hay muchas formas de fomentar esta cultura:
- Crear campañas que refuercen la importancia del feedback: No se trata de hacer una campaña una vez al año, sino de recordar constantemente a los colaboradores que dar y recibir feedback es parte de su desarrollo. Frases inspiradoras en canales internos, testimonios de líderes o historias de éxito pueden ayudar a normalizarlo.
- Incorporar feedback en los canales de comunicación interna: Se pueden usar herramientas como encuestas rápidas, foros internos o espacios en newsletters para compartir buenas prácticas sobre cómo dar feedback de manera efectiva.
- Facilitar herramientas para dar feedback de forma sencilla: Muchas veces, las personas no dan feedback porque no saben cómo hacerlo. Desde comunicación interna, se pueden crear guías, videos cortos o formatos simples que ayuden a los equipos a integrar el feedback en su día a día.
- Involucrar a los líderes como ejemplo: Si los líderes de la organización dan feedback de manera abierta y constante, los equipos verán que es algo natural y lo replicarán. Mostrar ejemplos concretos en comunicaciones internas refuerza esta idea.
- Hacer visible el impacto del feedback: Compartir historias de cómo una retroalimentación bien dada ayudó a mejorar un proceso, solucionar un problema o potenciar a un colaborador refuerza su valor.
Cuando la comunicación interna se alinea con la cultura de feedback, se convierte en un impulsor clave para que esta práctica no sea solo un evento aislado, sino una parte esencial del día a día..
Para que el feedback sea una práctica real y no solo una buena intención, la comunicación interna juega un papel clave. No basta con decir “aquí valoramos el feedback” si, en la práctica, los equipos no saben cómo hacerlo o sienten que no tienen espacio para ello.
Desde comunicación interna, hay muchas formas de fomentar esta cultura.
Alison Garro es especialista en comunicación interna y cultura corporativa, con experiencia en desarrollar estrategias culturales que empoderan a los colaboradores y fortalecen la reputación empresarial. ha trabajado en empresas como Credicorp Capital y KasNet (Globokas Perú S.A.), enfocándose en mejorar la cultura organizacional y la comunicación interna. Ha contribuido con artículos en medios como El Comercio, destacando la importancia de la comunicación como pilar empresarial.
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